La vida es un campo de batalla que nos desafía a enfrentar la vida con valentía y resiliencia, es salir de nuestra zona de confort o de nuestra comodidad, implica enfrentar momentos difíciles encarando obstáculos, de nuestro entorno y de nosotros mismos, que involucran emociones, pensamientos y creencias.

El ser humano tiene la capacidad para superarlos, porque dentro de nosotros subyacen esas capacidades de resiliencia que nos impulsan a buscar nuestra propia superación y transformación para nuestro crecimiento, con resultados positivos a nuestra existencia humana.

Los desafíos son todas aquellas situaciones que se nos presentan como seres humanos, los cuales pueden ser dolorosos e inevitables, como la pérdida de un ser querido, la ruptura de una relación de pareja, de un trabajo y la salud física ante el diagnóstico de una enfermedad; lo que conlleva a experimentar el sufrimiento como una reacción mental que incluyen una serie de pensamientos que giran en torno a la situación. A nivel física experimentamos problemas de sueño y apetito; a nivel emocional se hace presente el enojo, la culpa, la ansiedad y depresión (tristeza).

El afrontamiento ante estas eventualidades o situaciones de sufrimiento a nivel personal, determinará si la experiencia la va a vivir desde el sufrimiento o desde la aceptación.

Carl G. Jung: dijo: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te trasforma”.

En todo duelo va implícito un sufrimiento que es inevitable, es temporal, que se tiene que vivir como parte del proceso de sanación y trasformación para llegar a la aceptación.

Sidharta Gautama Buda dijo “El dolor es real, el sufrimiento es opcional”.

Comprender la realidad del duelo que se esté viviendo, constituye un reto, que genera una alta inversión a nivel emocional, lo cual afecta la parte personal y social del individuo, pues requiere de un proceso personal de introspección (viaje a su interior), para encontrar significado y propósito a su vida, para integrarlo como un aprendizaje que favorece el desarrollo de sus habilidades emocionales para un correcto equilibrio psicológico; de lo contrario en situaciones similares futuras su respuesta emocional se intensificará derivando en desequilibrio emocional y originando problemas psicológicos como la ansiedad y depresión.

La técnica de Aceptación es un recurso orientado al bienestar emocional, que expresa fortaleza personal para asumir la vida, aceptando nuestras emociones y nuestra realidad, que se escapa de nuestro control; tener esta comprensión nos hace ser conscientes de nuestra realidad, es continuar y dar el siguiente paso hacia la paz mental, aportando importantes beneficios para el bienestar emocional como:

• Resignificar, darle un significado diferente a nuestra experiencia, es abrirse a otras posibilidades, otorgando un sentido diferente, para gestionar la salud emocional.
• Análisis racional, un recurso para fomentar pensamientos más objetivos y racionales.
• Desarrolla la capacidad de adaptación al cambio.
• Fomenta la creatividad, a través de la búsqueda de alternativas de solución.
• Mejora la autoestima, ya que se refuerza la capacidad de control.

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