
El autoconocimiento del cuerpo y la aceptación desde la infancia
La infancia es la etapa de integración personal en el ser humano, organiza y le da la pertenencia a nuestro existir a partir de la propia identificación de verse a sí mismo.
La infancia es la etapa de integración personal en el ser humano, organiza y le da la pertenencia a nuestro existir a partir de la propia identificación de verse a sí mismo. El niño y la niña aprende a reconocerse y saber cómo se siente, conociendo sus propias habilidades emocionales, entender cada una de ellas entre la alegría, el enojo, la tristeza, el miedo y el amor, permiten compartir con su familia y personas significativas observando la forma en la que los adultos también reaccionan ante estas emociones.
En el caso de las niñas el manejo de las emociones nace desde el ámbito cultural y el contexto en el que se encuentra, aceptando la sensibilidad, y presentándose al mundo desde su individualidad, sin embargo; se encuentra con el ámbito social que le exige el estar dentro de un margen de acuerdo a su propio género, actuar con una libertad condicionada de acuerdo a los estándares que así se rigen, cumpliendo con las expectativas sociales para no ser juzgada.
La elección de la niña comienza desde su propia imagen, cuando desea tener un color favorito, un juego, un juguete, su vestimenta, su arreglo personal, y esta decisión se ve influenciada muchas de veces por el adulto; la sociedad que le dice que color elegir y como vestirse, como verse mejor porque “es niña” y porque de “color azul no es apropiado”, cuando su pensamiento abarca desde su niñez e inmadurez, hace un estado de confusión y más aún cuando se le impone aquel vestido que no deseaba ponerse, cuando se le maquilló y no era necesario, cuando se le dice que es “brusca” por jugar de tal manera o cuando está subiendo de peso y le llaman “la gordita” o de lo contrario su cuerpo delgado hace tener la etiqueta de “la flaquita”, comenzando a cargar una emoción negativa hacia sí misma y hacia su cuerpo.
Además, la niña escucha a los adultos, a la mamá que se critica constantemente frente al espejo, cuando ve una mujer juzgando su cabello porque es muy lacio o muy chino, o porque ya subió de peso y tiene que comenzar de nuevo la dieta. Todas estas comparaciones con otras mujeres desde la competencia frente a los espejos, implica que las niñas tengan un aprendizaje desde el estándar de la belleza y entonces se escucha la falta de aceptación y temor a no ser aceptada por su mamá o su familia.
Apoyemos entonces a que las niñas conozcan su cuerpo fomentando críticas constructivas aumentando su autoestima, enseñando a llevar una buena alimentación sin estereotipos, y dando confianza a su vestimenta, escuchar preocupaciones, motivar la participación en familia, ayudar a reconocerse frente al espejo o fotografías, mediante palabras positivas.
Recordar que, los adultos son el modelo de aprendizaje del niño y la niña; ya que aprendemos mediante la imitación y con ello a nivel cerebral las neuronas espejo tendrán a imitar las conductas, entenderá las intenciones y emociones de otros para poder sobrevivir en su mundo, con ello la niña comprenderá la importancia de cuidarse y amarse a sí misma, desarrollando su integridad para la vida adulta.
Finalmente, si deseas saber más sobre el autoconocimiento o deseas apoyo, no dudes en acudir con nosotros la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario https://linktr.ee/psicologiaparati